Capital social, participación en asociaciones y satisfacción personal de las personas mayores en Chile

María Soledad Herrera Ponce Raúl Pedro Elgueta Rosas María Beatriz Fernández Lorca Acerca de los autores

Resumen

OBJETIVO

Analizar los factores relacionados con la participación en asociaciones y su vínculo con la percepción de bienestar en las personas mayores.

MÉTODOS

Se utilizan los datos de la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica de Chile del año 2011, basada en una muestra probabilística de los hogares chilenos. Se analizan los datos de 31.428 adultos mayores que viven en dichos hogares. Se realizaron análisis descriptivos y explicativos, utilizando modelos de regresión multivariada logística y lineal. Se distinguieron distintos tipos de participación: egotrópica, sociotrópica y religiosa.

RESULTADOS

Los porcentajes de participación en asociaciones aumentaron con la edad hasta los 80 años, para luego descender. El principal hallazgo del estudio consistió en la importancia que tenía el capital social familiar sobre la participación individual de los mayores. Se constató que esta participación se relacionaba con una mayor percepción de bienestar subjetivo. Se identificaron cuatro fuentes de participación social en la vejez: el hogar, el entorno rural, la política social y la religiosidad. Cuando en el hogar había otras personas que participaban se incrementaron significativamente las probabilidades de participar, transmitiéndose además el tipo de asociación en que se participaba. Los entornos rurales eran más propicios para la participación, principalmente de tipo territorial. Las agrupaciones de adultos mayores habían ido en continuo aumento en Chile, siendo más importantes después de la jubilación. La religiosidad seguía siendo una importante fuente de asociativismo. Las mujeres participaban más que los hombres, y sólo se equiparaban a los hombres después de los 80 años.

CONCLUSIONES

La percepción de bienestar subjetivo no depende únicamente de las condiciones objetivas de vida de como la salud e ingresos, sino también de una inserción activa en la sociedad, medida como participación en asociaciones, a pesar de que los efectos son moderados.

Anciano; Satisfacción Personal; Relaciones Familiares; Participación Social; Red Social; Apoyo Social; Condiciones Sociales


INTRODUCCIÓN

Chile es un país que está envejeciendo a ritmo acelerado, presentando un 15,0% con 60 o más años, siendo dentro de América Latina el tercer país más envejecido, después de Argentina y Uruguay. La esperanza de vida al nacer en Chile es de 78,9 años y de 23,2 años a los 60 años.ab Ministerio de Desarrollo Social de Chile. Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional – CASEN 2011. Manual del investigador: módulos registro, residentes, trabajo e ingresos. Santiago de Chile; 2012. (Serie Documentos Metodológicos, 2). Cabe preguntarse con qué calidad de vida están envejeciendo las personas mayores y si una vida más activa – medida por participación en asociaciones – implica un mayor bienestar.

El envejecimiento activo es promovido hoy en día en la mayoría de las sociedades, y es definido por las Naciones Unidas como un proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez.1414 . Organización Mundial de la Salud, Grupo Orgánico de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental, Departamento de Prevención de las Enfermedades No Transmisibles y Promoción de la Salud Envejecimiento y Ciclo Vital. Envejecimiento activo: un marco político. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2002;37(2):74-105.

La participación social de las personas mayores y su relación con el bienestar puede ser comprendida a la luz de estudios de capital social, entendido este como los vínculos sociales que disponen los individuos. La literatura referida a este tema señala que presentan mejores índices de salud y de bienestar aquellas personas que cuentan con una mayor cantidad de capital social, tanto si es medido como un atributo individual o como un atributo del entorno social.1313 . Murayama H, Nishi M, Matsuo E, Nofuji Y, Shimizu Y, Taniguchi Y, et al. Do bonding and bridging social capital affect self-rated health, depressive mood and cognitive decline in older Japanese? A prospective cohort study. Soc Sci Med. 2013;98:247-52. DOI:10.1016/j.socscimed.2013.09.026
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,1818 . Ramlagan S, Peltzer J, Phaswana-Mafuya N. Social capital and health among older adults in South Africa. BMC Geriatr. 2013;13:100. DOI:10.1186/1471-2318-13-100
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,2020 . Riumallo-Herl CJ, Kawachi I, Avendano M. Social capital, mental health and biomarkers in Chile: assessing the effects of social capital in a middle-income country. Soc Sci Med. 2014;105:47-58. DOI:10.1016/j.socscimed.2013.12.018
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,2222 . Sapag JC, Aracena M, Villarroel L, Poblete F, Berrocal C, Hoyos R, et al. Social capital and self-rated health in urban low income neighborhoods in Chile. J Epidemiol Community Health. 2008;62(9):790-2. DOI:10.1136/jech.2006.052993
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Ello implica que la promoción de la salud pública debería incorporar la perspectiva del capital social para tener un impacto siginificativo.8. Haski-Leventhal D. Elderly volunteering and well-being: a cross-European comparison based on SHARE data. Voluntas. 2009;20(4):388-404. DOI:10.1007/s11266-009-9096-x
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,2121 . Sapag JC, Kawachi I. Capital social y promoción de la salud en América Latina. Rev Saude Publica. 2007;41(1):139-49. DOI:10.1590/S0034-89102007000100019
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,2323 . Souza EM. Intergenerational integration, social capital and health: a theoretical framework and results from a qualitative study. Cienc Saude Coletiva. 2011;16(3):1733-44. DOI:10.1590/S1413-81232011000300010
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Existe escasa literatura que considere el impacto del capital social familiar. En Estados Unidos, Chang et al4. Chang EPC, Memili E, Chrisman JJ, Kellermanns FW, Chua JH. Family social capital, venture preparedness and start-up decisions: a study of Hispanic entrepreneurs in New England. Fam Bus Rev. 2009;22(3):279-92. DOI:10.1177/0894486509332327
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(2009) resaltaron la asociación entre la disponibilidad de capital social en los entornos familiares y el nivel de lectura. Por otra parte, Ren & Hu1919 . Ren L, Hu G. A comparative study of family social capital and literacy practices in Singapore. J Early Child Lit. 2011;13(1):98-130. DOI:10.1177/1468798411429934
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(2011), en Singapur, encontraron asociación entre el nivel de capital social familiar y la innovación y fortuna empresarial.

El objetivo del presente estudio fue analizar los factores relacionados con la participación en asociaciones y su vínculo con la percepción de bienestar en las personas mayores.

MÉTODOS

Se agrupó la participación en tres tipos de asociaciones:2424 . Valdivieso P. Capital social e desenvolvimento democrático: Porto Alegre (Brasil) e Santiago do Chile. Rev Bras Cienc Soc. 2009;24(69):93-114. DOI:10.1590/S0102-69092009000100007
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,2525 . Welzel C, Inglehart R, Deutsch F. Social capital, voluntary associations and collective action: which aspects of social capital have the greatest ‘civic’ payoff? J Civil Soc. 2005;1(2):121-46. DOI:10.1080/17448680500337475
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(i) organizaciones egotrópicas: benefician directamente a los que participan en ellas; por ejemplo, agrupaciones deportivas, de mujeres, de jóvenes o de personas mayores y grupos de autoayuda; (ii) organizaciones sociotrópicas: están enfocadas en un fin externo al individuo, su participación en ellas beneficia también a terceros, como en las agrupaciones territoriales y los grupos de voluntariado; (iii) organizaciones religiosas.

En este estudio se contrastó la hipótesis de que las probabilidades de estar participando no sólo dependían de contar con salud compatible, sino que dependían fuertemente del contexto de socialización familiar. Las personas que vivían en hogares en los cuales existen miembros que participaban tendrían mayores probabilidades de participar en asociaciones sociales. Asimismo, existiría una transmisión intergeneracional del tipo de participación social. Se planteó también la hipótesis de que el envejecimiento activo – medido como participación social – se asociaría con mayor bienestar subjetivo, aún controlado por las condiciones de vida económicas y de salud.

La fuente de datos es la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica (CASEN) del año 2011, realizada por el Ministerio de Desarrollo Social de Chile. Esta encuesta es una de las principales fuentes de datos para el análisis sociodemográfico y de las políticas públicas en Chile. El diseño muestral es probabilístico y estratificado. En el interior de las viviendas se recolectan datos de todos los residentes habituales, los cuales son asignados a hogares (grupos de personas que comparten un presupuesto de alimentación en común).bb Ministerio de Desarrollo Social de Chile. Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional – CASEN 2011. Manual del investigador: módulos registro, residentes, trabajo e ingresos. Santiago de Chile; 2012. (Serie Documentos Metodológicos, 2). Se encuestó a un total de 31.428 personas de 60 años o más.

Para la variable de participación se utilizó la pregunta “¿participa actualmente en alguna organización o grupo organizado?”. Se les mostraba una tarjeta con 11 tipos de agrupaciones y se les pedía registrar la más importante. Se clasificaron en organizaciones religiosas, sociotrópicas (juntas de vecinos u otra organización territorial y grupos de voluntariado) y egotrópicas (club deportivo o recreativo, agrupaciones artísticas, grupos de identidad cultural, agrupaciones de mujeres, agrupaciones de adultos mayores, grupos de autoayuda para la salud).

Para la percepción de bienestar se utilizó la pregunta: “Considerando todas las cosas, ¿cuán satisfecho está usted con su vida en este momento?”, en una escala de uno (completamente insatisfecho) a 10 (completamente satisfecho). Como la distribución de esta variable no resultó normal – puesto que estaba concentrada en los valores altos –, se decidió dicotomizarla por la mediana y calcular modelos de regresión logística. De esta manera, se consideraron a los valores ocho, nueve y 10 como “bastante satisfecho” (que corresponde al 41,4% de las respuestas) y el resto, como “no muy satisfecho” (58,5%).

Las variables demográficas analizadas fueron: género (hombre o mujer); edad (se dicotomiza en 60 a 79 años y 80 años o más) y estado civil (sin pareja – soltero, separado, divorciado o viudo – y con pareja – casado o conviviente).

Las variables referidas a condiciones de vida incluyeron: autopercepción de salud (en una escala de 1 [muy mal] a 7 [muy bien]); decil de ingreso per cápita del hogar: para cada hogar corresponde al ingreso total del hogar dividido por el número de integrantes; se ordenaron de menor a mayor todos los hogares del país y se dividieron en diez deciles desde uno (más bajo) al diez (más alto); zona de residencia (urbana o rural); actividad: no trabaja y trabaja (realizó algún trabajo en la semana anterior a la encuesta por alguna remuneración o ganancia); con quien vive (solo o acompañado). A continuación, la variable capital social familiar se agregó a escala de “hogar” considerando cuántas personas de 15 años o más adicionalmente participaban en alguna organización, distinguiendo también por tipo de organización. Se construyeron cuatro variables, una para participación en general y para los tres tipos de organizaciones consideradas en este estudio; todas tenían un valor 0 = vive solo; 1 = vive acompañado pero nadie participa (en el tipo de organización respectiva); 2 = vive acompañado con otras personas que participan. La categoría intermedia era la de referencia.

Respecto a la estrategia de análisis, en primer lugar se calcularon modelos de regresión logística binaria para examinar qué variables están más correlacionadas con las probabilidades de participar o no. Se calcularon tres modelos sobre participación en cualquier organización: 1) sólo con las variables demográficas y de condiciones de vida, 2) incorporando el capital social familiar; y 3) adicionando las interacciones: (i) de género por edad, bajo la hipótesis de que la brecha de género (mujeres participarían más que los hombres) se acortaría con la edad; (ii) de pareja por género, bajo la hipótesis de que las mujeres con pareja se inhibirían de participar mientras que en los hombres, tener pareja lo incentivaría.

Luego se calcularon tres modelos con todas las variables predictivas (modelo completo), se consideró como variable dependiente a cada uno de los tres tipos de organizaciones, y se incorporó como variable predictiva el mismo tipo de participación a escala de hogar.

Se calcularon modelos de regresión lineal sobre la variable satisfacción con la vida (en una escala de uno a diez), comparando con regresiones logísticas binarias con la variable de satisfacción dicotomizada. Para cada uno se compararon dos modelos, uno que incorporaba el capital social familiar y otro que no. Las regresiones se calcularon con la muestra no ponderada, mientras que los resultados descriptivos fueron calculados con la muestra expandida.

RESULTADOS

Un 32,0% de las personas de 60 años o más participaba en alguna organización, siendo mayor entre las mujeres. La participación aumentaba sostenidamente con la edad, alcanzando su máximo entre los 65-79 años y sólo descendía a partir de los 80 años (Tabla 1). Los porcentajes de participación en cada uno de los tres tipos de organizaciones fueron relativamente similares (alrededor de 10,0%).

Tabla 1
Participación (%) en organizaciones por edad y género entre personas mayores. Chile, 2011. (N = 31.428)

Un 85,0% de los adultos mayores residía en zonas urbanas; 57,0% eran hombres y 43,0% mujeres; 83,0% tenía entre 60 y 79 años y 17,0% 80 años o más; 57,0% vivía en pareja; 25,0% trabajaba; el promedio de decil de ingresos entre las personas mayores fue de 5,3; el promedio de autopercepción de salud en una escala de uno (muy mal) a siete (muy bien) fue de 4,9 (Tabla 2).

Tabla 2
Participación social y satisfacción personal según características demográficas y condiciones de vida entre personas mayores. Chile, 2011. (N = 31.428)a

En el análisis bivariado todas las relaciones tanto de participación como de satisfacción fueron estadísticamente significativas (Tabla 2). Participaron más los que vivían en zonas rurales, las mujeres entre 60 y 79 años, con pareja, que no trabajaban, con el menor decil de ingresos y con mejor autopercepción de salud. Estaban más satisfechos los que vivían en zonas urbanas, los hombres de 80 años o más, con pareja, que trabajaban, con el mayor decil de ingresos, con mejor autopercepción de salud y que participaban en organizaciones (especialmente de tipo religiosa).

Con relación a las relaciones bivariadas entre capital social familiar y participación individual (Tabla 3), los que menos participaban eran los que vivían con otras personas y nadie participaba en el hogar (85,0%); le siguen los que vivían solos (64,0%); la participación individual estuvo muy por encima y, en estos casos, sólo un 37,0% no participaba. Las organizaciones religiosas y sociotrópicas fueron las que más se asociaron con la participación a nivel individual.

Tabla 3
Participación (%) individual según características del capital social familiar entre personas mayores. Chile, 2011.

Los modelos de regresión en la Tabla 4 mostraron que la variable más asociada con participación en asociaciones era la presencia en el hogar de otras personas que participaban. Cuando todas las personas con quienes vivían no participaban, los adultos mayores tenían menos probabilidades de estar participando.

Tabla 4
Regresiones logísticas sobre participación en asociaciones entre personas mayores. Chile, 2011. (N = 31.289)

Controlado por el resto de las variables, las odds (chances) de participar aumentaban en 10,6 veces cuando alguien más en el hogar participaba, en comparación con aquellos que vivían acompañados pero sin alguien que participara. Incluso, vivir solo aumentó las odds de participar en 3,7 veces, con relación a vivir acompañado con nadie más que participe. Hubo una relación entre el tipo de asociaciones donde participaban los miembros del hogar y el tipo de organización donde participaban los mayores, reproduciéndose a nivel de hogar no sólo la probabilidad de estar participando o no, sino también los tipos de organización en que se daba dicha participación. Se observa que hubo más continuidad entre la participación en asociaciones religiosas dentro del hogar, seguidas por las sociotrópicas y egotrópicas (Tabla 4, modelos 2, 3 y 4).

El resto de variables individuales presentó relaciones estadísticamente significativas pero de menor importancia que el capital social familiar. Vivir en zonas rurales, ser mujer, tener pareja, no trabajar y tener mejores condiciones de salud aumentaron las odds de participar. Hay algunas excepciones según el tipo de organización: la religiosa fue más frecuente en zonas urbanas y trabajar aumentó las odds de participar en asociaciones sociotrópicas. La relación con decil de ingresos fue débil.

El coeficiente de interacción entre género y edad fue negativo y estadísticamente significativo. La edad moderó las diferencias de género, en el sentido en que las diferencias por género en la participación tendieron a disminuir con la edad, de manera que entre los 60-69 años se observaron más diferencias a favor de las mujeres en comparación con los hombres, pero a partir de los 80 éstas disminuyeron (Tabla 4, modelo 1c). También se incorporó la interacción entre tener pareja y género, constatándose que tener pareja inducía a la participación especialmente entre los hombres y entre las mujeres, disminuyendo las odds de participar, en comparación con el hecho de no tener pareja.

Lo que se refiere a participación en asociaciones y bienestar en la vejez, el promedio de satisfacción entre las personas mayores fue de 6,99 con una desviación estándar de 2,2. Sin embargo este dato podría estar sobrestimado, porque sólo respondieron esta pregunta dos tercios de las personas mayores. Se hizo un análisis entre los que no contestaron, encontrándose que tuvieron menos probabilidades de responder: los que vivían acompañados, los que tenían pareja, los hombres, los que participaban en alguna organización, los que trabajaban, los que tenían más edad, los que tenían peor percepción de salud y los de mayores ingresos. Por lo tanto, se podría decir que las principales causas de no contestar eran no estar presente en el hogar, presentar problemas de salud y/o que otro adulto haya contestado la encuesta. Para incorporar este sesgo en las probabilidades de haber respondido o no la pregunta de satisfacción, se calculó un modelo de regresión logística para predecir dicha probabilidad y se incorporó esta variable en los modelos sobre satisfacción, expuestos en la Tabla 5.

Tabla 5
Regresiones logísticas sobre percepción de satisfacción con la vida entre personas mayores. Chile, 2011. (N = 20.283)

Los resultados de las regresiones lineales y de las regresiones logísticas fueron concordantes en todas las variables asociadas con satisfacción resumidas a continuación. Coincidentemente con lo esperado, las condiciones de vida de las personas mayores estuvieron relacionadas a mayores ingresos y, especialmente, a mayor autopercepción de salud aunado al autoreporte de satisfacción con la vida.

La participación en los distintos tipos de asociaciones estuvo asociada positivamente con satisfacción, siendo relativamente más relevantes las de tipo egotrópicas y religiosas.

Las relaciones con zona de residencia, edad y tener pareja dejaron de tener significancia estadística con la satisfacción al ser controlada por la participación (Tabla 5, modelos 2a y 2b). Hay dos relaciones que cambiaron de dirección con respecto a lo observado a nivel bivariado: ser mujer estaba asociado con tener mayor satisfacción y trabajar estaba asociado con menor satisfacción (Tabla 2).

DISCUSIÓN

En este estudio se ha evidenciado que la participación en asociaciones se incrementó entre las personas mayores y que sólo a partir de los 80 años descendió, siendo una importante fuente de bienestar para éstas.

De los resultados se desprende que hay cuatro fuentes de participación social en la vejez: el hogar, el entorno rural, la política social y la religiosidad.

La principal fuente es el hogar, observándose que las probabilidades de participar individualmente se incrementaron significativamente en hogares donde existían otras personas que participaban. Esto es consistente con las propuestas de Coleman5. Coleman JS. Capital social y creación de capital humano. Zona Abierta. 2001;(94-95):47-82. que le otorgaba centralidad al contexto familiar en la generación de capital humano. En este contexto, la participación social podría haber estado contribuyendo a la reproducción de las desigualdades sociales, en la medida en que los que han estado en su vida más excluidos continuarán asociándose entre ellos, apoyando la perspectiva crítica referida al capital social planteada por Bourdieu.2. Bourdieu P. El capital social: apuntes provisionales. Zona Abierta. 2001;(94-95):83-7.

De igual forma, el tipo de participación individual y el tipo de participación de los otros miembros del hogar tendrían tendencia a coincidir. Esto implicaría que la familia es una instancia que propicia un tipo de asociativismo homogéneo, donde las personas tendrían tendencia a asociarse con personas similares a ellas. Por tanto, el tipo de capital social que se propicia en hogares no necesariamente amplía la red de contactos y de posibles apoyos de quienes participan. En términos de la clasificación propuesta por Putnam,1717 . Putnam RD. Bowling alone: the collapse and revival of the American community. New York: Simon & Schuster; 2000. la participación social sería, en este caso, más bien de carácter vinculante que inclusivo. Esto implicaría, en el caso chileno, que el asociativismo que emana de los hogares no alienta los “lazos débiles”, puesto que no necesariamente sirve para conectarse a personas diversas.3. Burt RS. Brokerage and closure: an introduction to social capital. Oxford: Oxford University Press; 2005.,7. Granovetter MS. La fuerza de los vínculos débiles. Polit Soc. 2000;33:41-56.

La segunda fuente de asociativismo es la residencia en entornos rurales, especialmente en asociaciones territoriales. Esto hace pensar que la cohesión social opera de manera diferente en contextos rurales y urbanos. La cohesión social – entendida como integración con otros miembros de la sociedad – en contextos rurales opera principalmente mediante la participación en asociaciones territoriales, en cambio, en contextos urbanos lo hace, especialmente, mediante la participación en asociaciones egotrópicas y religiosas. El predominio de asociativismo territorial en contextos rurales concuerda con evaluaciones cualitativas del capital social en América Latina.6. Durston J. Capital social y gestión participativa en la cuenca de Pátzcuaro. Cepal. 2006;90:105-19.

La tercera fuente es la política social, ya que particularmente después de la edad de jubilación se incrementa la participación en asociaciones egotrópicas, especialmente clubes de personas mayores. Al respecto, un aporte fundamental ha sido el impulso dado por el Servicio Nacional de Adulto Mayor chileno, que a través de distintos programas, particularmente del Fondo Nacional del Adulto Mayor, ha favorecido el incremento de clubes y otras asociaciones de personas mayores que actualmente alcanzan cerca de las 12 mil organizaciones.cc SENAMA. Catastro Nacional de Organizaciones Sociales de Adultos Mayores (redes comunales). Santiago de Chile: Servicio Nacional del Adulto Mayor; 2008.

La cuarta fuente es la religión, aunque en este tipo de asociaciones parece haber más continuidad vital y familiar. Esta importancia de la religiosidad, como fuente de asociativismo, es algo que se da frecuentemente en países latinoamericanos donde opera como una fuente de capital social más que como un obstáculo.1. Baquero M. Democracia formal, cultura política informal e capital social no Brasil. Opin Publica. 2008;14(2):380-413. DOI:10.1590/S0104-62762008000200005
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En cuanto a las diferencias de género, las mujeres participan más que los hombres, específicamente en las de tipo egotrópicas y en las religiosas. Esto lo explica Montes de Oca1212 . Montes de Oca Zavala V. Redes comunitarias, género y envejecimiento. El significado de las redes comunitarias en la calidad de vida de hombres y mujeres adultos mayores en la ciudad de México. Notas Poblacion. 2003;(77):139-74. en parte por la dificultad que los varones poseen para establecer relaciones con otras personas y por la percepción que ellos tienen de los grupos (mayoría femenina, actividades no apropiadas para hombres, miedo al rechazo, entre otros). En este contexto, el rol de la pareja se vuelve crucial para motivar la participación de los hombres. Lo descrito es opuesto al caso de las mujeres, ya que entre éstas, el tener pareja más bien desincentiva la participación, al verse sujetas a las necesidades del esposo/conviviente. Cuando las mujeres enviudan, los roles propios de género desaparecen, aumentando así la participación como una importante vía para establecer nuevas relaciones sociales y evitar así la soledad.

Con el aumento de la esperanza de vida, la participación social en la vejez cobra mayor relevancia, en un intento por promover una extensión de la vida saludable y en una adecuada integración social.1414 . Organización Mundial de la Salud, Grupo Orgánico de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental, Departamento de Prevención de las Enfermedades No Transmisibles y Promoción de la Salud Envejecimiento y Ciclo Vital. Envejecimiento activo: un marco político. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2002;37(2):74-105.

Numerosos estudios han mostrado relaciones positivas entre altos niveles de relaciones sociales y mejor calidad de vida en la vejez, aunque con conceptos distintos acerca de cómo entender las relaciones sociales.9. Herrera MS, Barros C, Fernández MB. Predictors of quality of life in old age: a multivariate study in Chile. J Popul Ageing. 2011;4(3):121-39. DOI:10.1007/s12062-011-9043-7
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,1616 . Poblete FC, Sapag JC, Bossert TJ. Capital social y salud mental en comunidades urbanas de nivel socioeconómico bajo, en Santiago, Chile: nuevas formas de entender la relación comunidad-salud. Rev Med Chile. 2008;136(2):230-9. DOI:10.4067/S0034-98872008000200014
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Asimismo, la participación social se ha encontrado asociada con menor riesgo de mortalidad.1010 . Hsu H. Does social participation by the elderly reduce mortality and cognitive impairment? Aging Ment Health. 2007;11(6):699-707. DOI:10.1080/13607860701366335
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Maier & Klumb1111 . Maier H, Klumb PL. Social participation and survival at older ages: is the effect driven by activity content or context? Eur J Ageing. 2005;2(1):31-9. DOI:10.1007/s10433-005-0018-5
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encontraron que el tiempo utilizado en estar con los amigos se asocia con mayores probabilidades de sobrevivencia en personas de 70 años o más.

A nivel individual, este estudio también encontró que la participación en asociaciones se asocia con mayor bienestar subjetivo, aunque la fuerza de la relación no supere otros factores que también son relevantes para la satisfacción vital, como son las condiciones de salud y el nivel de ingresos. No obstante, la participación aparece como más importante sobre otros factores como la zona de residencia, la edad, tener pareja y situación laboral.

¿Cómo se puede explicar la asociación entre mayor participación en redes sociales y mayor bienestar físico y emocional? Los datos utilizados en este estudio no permiten caracterizar en profundidad los tipos de participación social, al no poder evaluar la intensidad de esta participación (en términos de horas, tipo de compromiso, intercambios de recursos de apoyo, entre otros), resultando difícil interpretar los mecanismos a través de los cuales se produce la relación entre asociativismo y satisfacción. Putman1717 . Putnam RD. Bowling alone: the collapse and revival of the American community. New York: Simon & Schuster; 2000. señala cuatro mecanismos a través de los cuales las redes sociales impactan positivamente sobre la salud: en primer lugar proveen recursos de asistencia material que reducen el estrés; en segundo lugar refuerzan normas de estilos de vida saludables; en tercer lugar presionan por servicios médicos, y finalmente la participación estimula el sistema inmunológico.

En cuanto a las limitaciones del estudio, se ha abordado solo una de las maneras de analizar el capital social. Hay otras dimensiones que no han podido evaluarse, como la confianza o las redes de reciprocidad. Asimismo, en la Encuesta Casen sólo se registra la organización más importante en la que participan los mayores, quienes pueden haber estado participando en más de una. Estos datos se pueden comparar con los de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez realizada en Chile, el año 2010, donde un 25,0% dice estar participando en organización religiosa, 18,0% en club de adulto mayor, 17,0% en alguna organización territorial y 6,0% en club deportivo. Estos datos indican que los mayores efectivamente están participando en más de un tipo de organización a la vez.dd Herrera S, Rojas M, Fernández B, Campos F, editores. Chile y sus mayores: resultados da Segunda Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez 2010. Santiago de Chile: Pontificia Universidad Católica de Chile, Caja de Compensación Los Andes, Servicio Nacional del Adulto Mayor; 2011. Adicionalmente, la pregunta no distingue grados de participación, por ejemplo, número de horas en que se asiste a las actividades, liderazgo en la organización, aporte económico o antigüedad, entre otros.

Este estudio presenta además algunos problemas de especificación, pues hay algunas variables que no han sido incorporadas en los modelos, porque no se encuentran disponibles en la Encuesta CASEN, como por ejemplo, autoeficacia y realización de actividades significativas, que en Chile han demostrado ser importantes predictivas de satisfacción.9. Herrera MS, Barros C, Fernández MB. Predictors of quality of life in old age: a multivariate study in Chile. J Popul Ageing. 2011;4(3):121-39. DOI:10.1007/s12062-011-9043-7
https://doi.org/10.1007/s12062-011-9043-...

Al tratarse de un estudio de corte transversal, quedan dudas acerca de la dirección de causalidad de algunas relaciones entre variables. Por ejemplo, la asociación entre mejor salud y mayor participación es consistente con las propuestas de Putnam.1717 . Putnam RD. Bowling alone: the collapse and revival of the American community. New York: Simon & Schuster; 2000. Sin embargo, por la naturaleza de los datos no hay certeza de si las personas mayores participan más porque tienen buena salud o, si tienen buena salud porque tienen mayor participación. La evidencia empírica citada en la literatura indica que las asociaciones se dan en ambas direcciones.

Pese a las limitaciones anteriormente señaladas, este estudio puede constituirse en un aporte a la investigación en capital social, al relevar la importancia del capital social familiar como predictivo de mayor participación individual. Adicionalmente, de acuerdo con otros trabajos, este estudio entrega antecedentes que corroboran que la percepción de bienestar subjetivo no depende únicamente de las condiciones de vida objetivas de salud e ingresos, sino también de una inserción activa en la sociedad, medida como participación en asociaciones, aunque los efectos son moderados.

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Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    Oct 2014

Histórico

  • Recibido
    2 Abr 2013
  • Acepto
    4 Ago 2014
Faculdade de Saúde Pública da Universidade de São Paulo São Paulo - SP - Brazil
E-mail: revsp@org.usp.br