Abstract in Spanish:
Objetivos. El Ministerio de Salud y Previsión Social de Bolivia convocó a principios de 2000 a varios expertos para que, a partir de la información disponible, elaboraran un método que permitiera identificar territorios críticos en un tema de por sí prioritario --la salud materna y neonatal-- y crear un mapa de la situación y de la capacidad instalada en las 112 provincias nacionales. En este estudio se describe el método utilizado. Métodos. Se crearon índices de la situación de salud y de la capacidad instalada. Los pasos seguidos en este proceso fueron los siguientes: 1) identificación de las variables incluidas en cada índice; 2) ponderación de las variables de cada índice; creación de una fórmula para cada índice; 4) elaboración de una planilla con los datos de cada provincia correspondientes a las variables elegidas y al valor porcentual provincial de cada índice, obtenido mediante la aplicación de la respectiva fórmula; 5) identificación de tres categorías continuas para cada índice, y 6) definición de la taxonomía. Resultados. De este modo, se obtuvo un mapa nacional de la situación de salud materna y de la capacidad instalada en cada una de las 112 provincias bolivianas, lo cual permitió seleccionar un número mínimo de provincias para realizar intervenciones conjuntas entre el Ministerio de Salud y Previsión Social y otras instituciones. Las 9 provincias seleccionadas tienen un total de 26 municipios que implican a 17 distritos sanitarios y concentran el 29% de la población del país, el 33% de las muertes maternas y el 35% de las defunciones neonatales tempranas estimadas. Conclusiones. Basándose en información disponible, el método utilizado proporcionó un mapa de la situación global, en este caso de la salud materna, de las 112 provincias de los 9 departamentos bolivianos que permite identificar territorios críticos para las intervenciones en materia de salud.Abstract in English:
Objective. In early 2000 the Ministry of Health and Social Welfare of Bolivia brought together a group of experts who, using available information, developed a method that made it possible to identify critical maternal and neonatal health sections of the country and to create a map of the health situation and of the existing health-services capacity in the 112 provinces of Bolivia. The objective of this piece is to describe the method that those experts created and applied. Methods. Two indices were created, one for the health situation and the other for the existing health-services capacity. The steps followed in this process were: 1) identifying the variables included in each index, 2) weighting the variables in each index, 3) creating a mathematical formula for each index, 4) preparing a list with the data from each province for the chosen variables and with the percentage for each province for each index, obtained by using the respective formula, 5) setting three continuous-data categories for each index, and 6) defining the taxonomy that was possible by combining the results of the two indices. Results. Applying this approach, a national map of the maternal health situation and of the existing capacity in each of the 112 Bolivian provinces was developed. This made it possible to choose a small number of provinces where the Ministry of Health and Social Welfare could work with other institutions to carry out joint interventions. The 9 selected provinces have a total of 26 municipalities, which include 17 health districts and which have 29% of the population of the country, 33% of the maternal deaths, and an estimated 35% of the early neonatal deaths. Conclusions. Using available information, this method generated a map of the overall maternal health situation in the 112 provinces of Bolivia and made it possible to identify critical geographical areas for health interventions.Abstract in Spanish:
Objetivo. Investigar las percepciones del público general y el uso de antimicrobianos en Trinidad y Tabago, una república caribeña formada por dos islas. Métodos. En este estudio prospectivo se encuestaron, entre noviembre de 1998 y enero de 1999, 824 domicilios seleccionados aleatoriamente que figuraban en la lista telefónica. En las entrevistas, realizadas por teléfono, se investigaron los conocimientos sobre los antimicrobianos y las creencias de los entrevistados acerca de su eficacia y seguridad. Se estudió la influencia de la edad, del sexo, de la educación y del hecho de disponer de seguro de salud privado sobre los conocimientos, la automedicación, el almacenamiento de medicamentos en casa para utilizarlos en caso de urgencia ("acumulación") y la petición de prescripción de antimicrobianos a médicos privados ("demanda de prescripción"). Resultados. De los 824 contactos telefónicos realizados por los entrevistadores, en 753 (91,4%) se obtuvo una respuesta favorable a la participación en la encuesta. De estos 753 participantes, 699 (93%) conocían el término "antibióticos", 29% (206/699) dijeron que se trataba de fármacos para las infecciones bacterianas, y 25% (170/690) le habían pedido al médico prescripciones de antibióticos. La penicilina fue identificada correctamente como un antibiótico por personas de diferentes edades, sexos y niveles educacionales, pero el 36% de los entrevistados dijeron que el Benadryl (difenhidramina), un fármaco muy utilizado en el resfriado y que no necesita receta médica, era un antibiótico. El sexo no se asoció de forma significativa a los conocimientos sobre la seguridad de los antibióticos, a la automedicación ni a la "acumulación" de antibióticos. Por otra parte, el haber completado estudios universitarios se asoció de forma significativa a un buen conocimiento de la seguridad de los antibióticos y del hecho de que no curan todas las infecciones. Los beta-lactámicos fueron los antimicrobianos que los encuestados habían usado con mayor frecuencia el año anterior, período durante el cual el 20% de ellos habían usado múltiples antibióticos. En comparación con las personas que disponían de seguro de salud privado, las que no lo tenían afirmaron con más frecuencia que los antibióticos son seguros y no tienen efectos colaterales y que la aspirina y el Benadryl son antibióticos. Conclusiones. En Trinidad y Tobago, el uso inapropiado de los antimicrobianos se debe a la automedicación, a la posibilidad de adquirirlos en las farmacias sin necesidad de receta médica, a la "demanda de prescripción" y a la ausencia de normas de control. Con el fin de reducir el abuso de antibióticos, la Inspección de Medicamentos del Ministerio de Salud y el Consejo de Farmacéuticos deben ejercer un control más estricto sobre la dispensación de antibióticos en las farmacias privadas. Además, se debe informar mejor al público en general y a los profesionales sanitarios acerca del uso de los antibióticos e instaurar un sistema basado en la comunidad para vigilar las tendencias de la resistencia a los antimicrobianos.Abstract in English:
Objective. To determine the general public's perceptions and use of antibiotics in Trinidad and Tobago, a two-island republic in the Caribbean. Methods. This prospective study surveyed 824 randomly selected households listed in the telephone directory, from November 1998 to January 1999. Through telephone interviews we determined knowledge about antibiotics and beliefs concerning their safety and efficacy. We studied the influence of age, gender, education, and having private health insurance on knowledge, self-medication, storing medication at home for emergency use ("hoarding"), and asking a private doctor to prescribe antibiotics ("demand prescribing"). Results. For the 824 telephone calls that the interviewers completed, 753 of the households agreed to participate (91.4% response rate). Of those 753 participants, 699 of them (93%) knew the term "antibiotic," 29% (206/699) said it was a drug for bacterial infections, and 25% (170/690) had asked a doctor for an antibiotic prescription. Penicillin was correctly identified as an antibiotic across age, gender, and education categories, but 36% of respondents incorrectly said Benadryl (diphenhydramine), a common over-the-counter cough and cold formulation, was an antibiotic. Gender was not significantly associated with knowledge of antibiotic safety, with self-medication, or with hoarding antibiotics. On the other hand, completion of tertiary (university) education was significantly associated with correct knowledge of the safety of antibiotics and whether or not they could cure all infections. Of the various antimicrobials, beta-lactams were the ones that survey respondents had used most frequently in the preceding year, and 20% of antibiotics users had used multiple antibiotics in that period. In comparison to persons with private health insurance, more individuals without private health insurance said that antibiotics are safe and do not have side effects, and more of them also incorrectly called aspirin and Benadryl antibiotics. Conclusions. In Trinidad and Tobago, inappropriate use of antimicrobials results from self-medication, over-the-counter availability at the community pharmacy, prescribing on demand, and lack of regulatory control. In order to contain antibiotic abuse, both the Drug Inspectorate of the Ministry of Health and the Pharmacy Board should exert stricter control on the dispensing of antibiotics at private pharmacies. Further, education of the general public and of health care professionals on antibiotic misuse and appropriate use must be instituted, along with community-based surveillance of antimicrobial resistance trends.Abstract in Portuguese:
Objetivo. Avaliar os determinantes do crescimento em crianças de 3 meses a 6 anos assistidas em creche usando como grupo de comparação crianças de características semelhantes mas que não freqüentavam creche. Métodos. Foi planejado um estudo quase experimental com observação de 444 crianças entre 3 e 72 meses de idade, residentes em área periférica de Sorocaba, Estado de São Paulo, Brasil, constituindo dois grupos: o grupo de intervenção (164 crianças matriculadas em creche) e o grupo de não intervenção (280 que não freqüentavam creche). Ambos os grupos foram acompanhados por 16 meses, mediante quatro observações. Foram medidos o peso e a altura e coletadas informações sobre antecedentes sócio-demográficos e de morbidade da mãe, características das crianças ao nascimento, morbidade nos últimos 15 dias antes de cada observação e hospitalizações. Resultados. Os lactentes e pré-escolares dos dois grupos eram de famílias de baixo poder aquisitivo, 65% com renda média mensal inferior a 100 dólares. Oitenta por cento das mães tinham ensino fundamental (8 anos) ou menor. A regressão linear multivariada mostrou que na primeira observação -- portanto, antes da entrada na creche -- o peso ao nascer foi a única condição a explicar as variações nutricionais dos grupos. Modelagens subseqüentes revelaram que a freqüência ou não à creche é condição determinante do crescimento, especialmente quando se analisa a adequação do peso para idade, tendo sido controlados os efeitos do peso ao nascer, sexo, idade ao início do estudo e doenças nos 15 dias anteriores às entrevistas. O impacto nutricional da freqüência à creche já era significativo nos primeiros 3 meses de observação. Conclusões. O benefício nutricional da assistência prestada nas creches supera os efeitos negativos da maior morbidade observada entre crianças que freqüentam creche.Abstract in English:
Objective. To assess factors determining growth in a group of children between 3 months and 6 years old enrolled in a public municipal (i.e., government-supported, not private) day-care center, in comparison to a group of children with similar characteristics but who were not enrolled in the center. Methods. A quasi-experimental study was designed to observe 444 children aged 3 to 72 months from a low-income neighborhood in the city of Sorocaba, in the state of São Paulo, Brazil. Two groups were studied: 164 children enrolled in a local municipal day-care center (intervention group) and 280 not receiving care at the center (nonintervention, comparison group) but instead being cared for at home. Both groups were seen four times over a period of 16 months. At each observation session, the children's weight and height were measured. Information was also collected on the mother's sociodemographic characteristics and the illnesses she had suffered as well as the child's weight and other health characteristics at birth, the child's illnesses in the 15 days before each observation, and any hospitalizations. Results. The children in both groups were from low-income families, with 65% of the families having an average monthly income below US$ 100; 80% of the mothers had received 8 years of schooling or less. Multivariate linear regression analysis showed that at the first observation (just before enrollment in the day-care center), birth weight was the only factor that explained the nutritional differences between the two groups. Subsequent analyses showed that being in day care was the factor that best explained the differences between the groups, especially in terms of the adequacy of weight for age, after controlling for birthweight, sex, age at the beginning of the study, and illnesses in the 15 days before an observation session. The nutritional impact of the intervention was significant as early as 3 months after being enrolled in day care. Conclusions. The nutritional benefits of the care provided at the center outweighed the negative effects sometimes seen in such centers, such as the greater morbidity that children in day-care centers often experience in comparison to children receiving care at home.Abstract in Spanish:
Objetivos. Descubrir el efecto de las epidemias de influenza sobre la mortalidad y determinar el criterio más apropiado para predecir la magnitud de ésta, a fin de brindar un método que alerte precozmente de la gravedad de una epidemia de influenza. Métodos. El estudio se realizó en La Capital, departamento de la provincia de Santa Fe, Argentina, durante el período de 1992-1999. Para lograr el primer objetivo se llevó a cabo un análisis retrospectivo de los datos de mortalidad por neumonía e influenza en personas mayores de 65 años, utilizando el método autorregresivo integrado de promedios móviles (ARIMA, por el inglés auto-regressive integrated moving averages). Con él se determinó el exceso de mortalidad atribuible a las epidemias de influenza. A fin de alcanzar el segundo objetivo, se efectuó un análisis de regresión para estudiar la relación entre la morbilidad semanal por influenza y la mortalidad mensual por neumonía o influenza en personas mayores de 65 años. La morbilidad se expresó mediante tres medidas resumen calculadas a partir del número de casos notificados durante las primeras 35 semanas epidemiológicas del año (ocho primeros meses calendario): la suma total de los casos notificados semanalmente, su desviación estándar y su número en la semana invernal en que hubo más casos. En este análisis se incluyeron el tipo y el subtipo de influenza. Estos cuatro parámetros (el tipo y subtipo de influenza, junto con una de las tres medidas resumen) se compararon entre sí con respecto a su poder para explicar la mortalidad registrada durante los primeros ocho meses del año. Resultados. Se produjeron epidemias en la estación invernal de 1993, 1995, 1999 y en la primavera de 1997, estaciones en las que se identificó un exceso de muertes asociado a la circulación de una cepa predominante del virus de la influenza de tipo A, la H3N2. Este patrón de exceso de mortalidad es típico de cepas de la influenza del tipo A (H3N2). Durante los inviernos de 1994, 1996 y 1998 no se produjeron epidemias a pesar de haber estado en circulación el virus de la influenza de tipo A (H3N2). En las estaciones invernales relacionadas con la circulación de cepas de la influenza de los tipos A (H1N1) (1992) y B (1997), cuyos patrones suelen asociarse a una baja mortalidad, tampoco se detectó un exceso de muertes. Conclusiones. El número de casos de influenza semanales notificados durante el pico de la estación invernal resulta el mejor parámetro para estimar el impacto de la influenza sobre el número de defunciones.Abstract in English:
Objectives. To define the effect of influenza epidemics on mortality and to establish the best criterion for predicting mortality so as to provide a method for advance warning of the severity of an influenza epidemic. Methods. The study was carried out in La Capital, a department in Santa Fe province, Argentina, during 1992-1999. In order to fulfill the first objective, a retrospective analysis was performed with mortality data for pneumonia and influenza in persons over 65 years of age, using the auto-regressive integrated moving averages (ARIMA). The latter were used to determine the excess mortality attributable to influenza epidemics. In order to attain the second objective, a regression analysis was performed so as to study the correlation between weekly morbidity from influenza and monthly mortality from pneumonia or influenza in personas over 65. Morbidity was expressed in terms of three summary measures which were derived from the number of cases of influenza that were reported during the first 35 weeks of the year: the sum total of all cases reported weekly, their standard deviation, and the maximum number of cases in any given week. We included in the analysis the type and subtype of influenza. These four parameters (type and subtype of influenza, along with one of the three summary measures) were compared among themselves in terms of their ability to explain the mortality observed during the first eight months of the year. Results. Epidemics occurred during the winters of 1993, 1995, and 1999 and in the spring of 1997. During those seasons, excess deaths were observed in connection with the circulation of a predominant strain of influenza virus, type A (H3N2). There were no epidemics in the winter months of 1994, 1996, and 1998, despite the circulation of this viral strain. During the winters in which influenza virus strains A (H1N1) and B were in circulation (1992 and 1997, respectively)--both are associated with low mortality figures--no excess deaths were detected. Conclusions. The number of weekly cases of influenza reported during the peak of the winter season is the best criterion for predicting how much excess mortality can be attributed to the epidemic.Abstract in Spanish:
Objetivos. Estudiar los conocimientos, actitudes y prácticas de los cuidadores hacia la diarrea infantil y la deshidratación en Kingston, Jamaica, con el fin de determinar si sus escasos conocimientos sobre la prevención y el tratamiento de la diarrea y la deshidratación hacen que los niños corran mayor riesgo de hospitalización por estos problemas. Métodos. Se realizó un estudio observacional de casos y controles entre febrero y mayo de 1997 en el Hospital Infantil Bustamante de Kingston. Se usó una muestra de conveniencia de niños de menos de 5 años y los datos fueron recogidos mediante entrevistas personales con los cuidadores de los dos grupos de niños. Un grupo estaba formado por 117 niños con gastroenteritis aguda, y el otro por 98 niños con problemas agudos no relacionados con la gastroenteritis. De los 215 cuidadores entrevistados, 197 eran las madres, 9 eran tutores, 5 eran los padres y 4 eran las abuelas. Resultados. La media etaria de los cuidadores, su nivel educacional y su estatus socioeconómico eran similares en los dos grupos. Los cuidadores del grupo de niños con gastroenteritis tenían niños más pequeños y menos acceso al agua corriente y a frigoríficos. Los niños cuyos cuidadores nunca habían oído hablar de la rehidratación oral tenían mayor riesgo de presentar gastroenteritis y deshidratación [razón de posibilidades (odds ratio: OR): 4,6; intervalo de confianza del 95% (IC95): 1,8-11,7], al igual que los niños cuyos cuidadores tenían escasos conocimientos sobre la prevención y el tratamiento de la diarrea y la deshidratación (OR: 3,7; IC95: 1,6-8,8). Otro factor de riesgo independiente fue la poca confianza del cuidador en su propia capacidad para tratar la diarrea del niño (OR: 2,3; IC95: 1,1-4,9). Conclusiones. Estos resultados destacan la necesidad de incrementar los esfuerzos informativos que les permitan a los cuidadores proteger a los niños de la morbilidad y la mortalidad relacionadas con la diarrea.Abstract in English:
Objective. To study the knowledge, attitudes, and practices of caregivers in Kingston, Jamaica, regarding childhood diarrhea and dehydration in order to determine if limited caregiver knowledge about the prevention and treatment of diarrhea and dehydration puts children at increased risk of presenting at the hospital for these concerns. Methods. The study was an observational case-control study conducted between February 1997 and May 1997 at Bustamante Hospital for Children in Kingston. Convenience sampling was used and data were collected by face-to-face interviews with two groups of caregivers of children under 5 years of age. One group (n = 117) presented with children with acute gastroenteritis, and the other group (n = 98) presented with acute concerns unrelated to gastroenteritis. While 197 of the 215 caregivers interviewed were the mother of a child, there were also 9 guardians, 5 fathers, and 4 grandmothers in the sample. Results. The mean caregiver age, level of education, and socioeconomic status were similar for the two groups. The caregivers in the gastroenteritis group were more likely to present with younger children and to have less convenient access to running water or a refrigerator. Children of caregivers who had never heard of oral rehydration therapy were at increased risk of presenting with gastroenteritis and dehydration (odds ratio [OR], 4.6; 95% confidence interval [CI], 1.8-11.7), as were children of caregivers with low knowledge scores about the prevention and treatment of diarrhea and dehydration (OR, 3.7; 95% CI, 1.6-8.8). Another independent risk factor was a caregiver's poor sense of self-reliance in managing a child's diarrhea (OR, 2.3; 95% CI, 1.1-4.9). Conclusions. These findings highlight a need to enhance educational efforts that will empower caregivers to protect their children from diarrhea-associated morbidity and mortality.Abstract in Spanish:
Durante la última década ha aumentado la preocupación por el consumo de alcohol como problema de salud pública. El consumo de alcohol es especialmente problemático en América Latina y el Caribe (ALC). Mientras que en todo el mundo la proporción de muertes atribuibles al alcohol es del 1,5%, en los países de ALC esta cifra es del 4,5%. Los esfuerzos para reducir los efectos negativos del alcohol sobre la sociedad y la salud pública necesitan tener en cuenta el contexto sociocultural en el que tiene lugar el consumo, y en particular los roles de género. Este tema ha sido tratado en un documento de trabajo publicado recientemente por el Banco Mundial, cuyo contenido se resume aquí. Dicho documento afirma que el consumo y el abuso de alcohol están relacionados con los roles de los hombres y las mujeres y sus expectativas en la sociedad. Los hombres tienen mayores probabilidades que la mujeres de beber mucho, y también menos probabilidades de abstenerse de consumir alcohol. Además, hay diferentes expectativas y significados del consumo de alcohol de unos y otras y de la forma como responden a él. Las políticas sobre el alcohol adoptadas por los gobiernos deberían basarse en la eficacia y en los costos de su puesta en práctica. Estas políticas pueden clasificarse en función de cuatro grandes objetivos: 1) prevenir el consumo y los comportamientos de alto riesgo relacionados con él; 2) reducir los daños a los consumidores individuales y a sus familias y comunidades; 3) regular la disponibilidad del alcohol y las condiciones de su consumo, y 4) proporcionarles tratamiento a personas con problemas relacionados con el alcohol. Las actuales medidas legislativas de los países de ALC tratan sobre todo de reducir la disponibilidad de bebidas alcohólicas, generalmente estableciendo una edad mínima para su consumo. Sin embargo, raramente se vela por el cumplimiento de estas leyes. El documento del Banco Mundial concluye con una serie de recomendaciones sobre las políticas y los programas de intervención, y también sobre las investigaciones que es necesario realizar para crear políticas de intervención más eficaces frente al alcohol.Abstract in English:
This piece summarizes a report that updates the recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices of the United States of America with regard to the use of the influenza vaccine and of specific antiviral agents for influenza. The recommended 2002-2003 trivalent vaccine virus strains are A/Moscow/10/99 (H3N2)-like, A/New Caledonia/20/99 (H1N1)-like, and B/Hong Kong/330/2001-like. The piece defines the groups who should be vaccinated and the persons who should not be, as well as adverse reactions to the vaccine. Influenza antivirals are a complement to--but not a replacement for--the vaccine in preventing and controlling the disease. The piece also analyzes for the antiviral agents the indications for their use, dosage, routes of administration, pharmacokinetic characteristics, interactions, and side effects.Abstract in Spanish:
Tratar las afecciones crónicas durante años o décadas es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los sistemas de salud de todo el mundo. Cerca del 60% de la carga de morbilidad mundial actual se debe a enfermedades no transmisibles como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer; a la infección por VIH/sida; a trastornos mentales como la depresión y la esquizofrenia, y a las amputaciones, la ceguera, las artropatías y otras discapacidades físicas. Se espera que hacia el año 2020 el 80% de la carga de morbilidad de los países en desarrollo se deba a afecciones crónicas. No obstante, los sistemas de salud de todo el mundo no tienen todavía un plan para hacer frente a estas afecciones y se limitan simplemente a tratar los síntomas cuando aparecen. Para enfrentar esta situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado varias nuevas iniciativas, entre ellas una que trata de las innovaciones en la atención a las afecciones crónicas. Uno de los elementos de este proyecto sobre la atención crónica es una nueva publicación de la OMS titulada Innovaciones en la atención a las afecciones crónicas: elementos para la acción. Según ese informe, las autoridades deberían emprender acciones para reducir el impacto de las enfermedades crónicas en sus ciudadanos, sus sistemas de salud y sus economías. Los esfuerzos deberían centrarse en ocho áreas clave: 1) cambiar el centro de atención de los sistemas de salud de la asistencia aguda a la asistencia crónica; 2) gestionar el contexto político de la atención sanitaria; 3) crear sistemas de salud integrados; 4) alinear las estrategias y las políticas gubernamentales para promover buenos resultados sanitarios; 5) usar más eficazmente el personal sanitario; 6) centrar la atención en el paciente y su familia; 7) apoyar a los pacientes en sus comunidades, y 8) poner mayor énfasis en la prevención.