Abstract in Spanish:
OBJETIVO: Identificar los conocimientos, percepciones y comportamientos relacionados con el consumo de la sal y el sodio alimentarios y su relación con la salud y el etiquetado nutricional de los alimentos, en tres países de la Región. MÉTODOS: Estudio cualitativo-exploratorio basado en entrevistas semiestructuradas, según las categorías del modelo de creencias en salud. Se realizaron 34 entrevistas y 6 grupos focales con líderes comunales (71 informantes en total) en áreas rurales y urbanas de Argentina, Costa Rica y Ecuador. RESULTADOS: El consumo de sal varía en las áreas rurales y urbanas de los tres países. Para la mayoría de los entrevistados, los alimentos no se podrían consumir sin sal y solo las personas que consumen una cantidad excesiva de sal tendrían riesgos para la salud. Se desconoce que los alimentos procesados contienen sal y sodio. Aunque no medían la cantidad de sal agregada a las comidas, los participantes consideraban que consumían poca sal y no percibían su salud en riesgo. La mayoría de los informantes no revisaba la información nutricional y los que lo hacían manifestaron no comprenderla. CONCLUSIONES: Existe un conocimiento popular en relación con la sal, no así con el término "sodio". Se consume más sal y sodio de lo informado y no hay perspectivas de reducción. Aunque se sabe que el consumo excesivo de sal representa un riesgo para la salud, no se perciben en riesgo. El reemplazo de la palabra sodio por sal facilitaría la elección de los alimentos.Abstract in English:
OBJECTIVE: To identify the knowledge, perceptions, and behavior related to the consumption of salt and sodium in food and its relationship to health and the nutritional labeling of food in three countries of the Region. METHODS: Qualitative-exploratory study based on semi-structured interviews, according to the categories of the Health Belief Model. Thirty-four interviews and six focus groups were conducted with community leaders (71 total respondents) in rural and urban areas of Argentina, Costa Rica, and Ecuador. RESULTS: Salt consumption varies in the rural and urban areas of the three countries. Most interviewees felt that food could not be consumed unsalted and that only people who consume an excessive amount of salt would have health risks. They did not know that processed food contains salt and sodium. Although they did not measure the amount of aggregate salt in foods, the participants believed that they consumed little salt and did not perceive that their health was at risk. The majority of the participants did not review nutritional information, and those who did said that they did not understand it. CONCLUSIONS: There is public awareness about salt, but not about the term "sodium." More salt and sodium are consumed than what is reported and there are no prospects of reducing that consumption. Although it is understood that excessive consumption of salt is a health risk, participants do not perceive that they are at risk. Replacing the word "sodium" with the word "salt" would facilitate food selection.Abstract in Spanish:
OBJETIVO: Describir las actitudes, los conocimientos y el comportamiento individuales con respecto al consumo de sal, sus fuentes alimentarias, y las prácticas actuales de etiquetado de alimentos en relación con su contenido en sal y sodio en cinco países centinelas de la Región de las Américas. MÉTODOS: De septiembre del 2010 a febrero del 2011, se obtuvo una muestra de conveniencia de 1 992 adultos (de 18 años de edad o mayores) de Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica y Ecuador (aproximadamente 400 de cada país). Se llevó a cabo la recopilación de datos en centros o áreas comerciales importantes mediante un cuestionario de 33 preguntas. Se presentan los cálculos descriptivos correspondientes a la muestra total y estratificados por países y según las características sociodemográficas de la población estudiada. RESULTADOS: Casi 90% de los participantes asociaron la ingesta excesiva de sal con la aparición de trastornos de salud, más de 60% señalaron que estaban tratando de reducir su ingesta de sal actual, y más de 30% creían que la reducción de la sal alimentaria era de gran importancia. Solo 26% de los participantes manifestaron que conocían la existencia de un valor máximo recomendado de ingesta de sal o sodio, y 47% de estos afirmaron que conocían el contenido de sal de los productos alimenticios. Más de 80% de los participantes dijeron que les gustaría que el etiquetado de los alimentos indicara si los niveles de sal o sodio eran altos, medios o bajos, y desearían que en los paquetes de los alimentos con alto contenido de sal apareciera una etiqueta de advertencia clara. CONCLUSIONES: Se requieren nuevas iniciativas para incrementar los conocimientos de los consumidores acerca de la existencia de un límite máximo de ingesta y mejorar su capacidad para vigilar estrictamente y reducir el consumo de sal.Abstract in English:
OBJECTIVE: To describe individual attitudes, knowledge, and behavior regarding salt intake, its dietary sources, and current food-labeling practices related to salt and sodium in five sentinel countries of the Americas. METHODS: A convenience sample of 1 992 adults (≥ 18 years old) from Argentina, Canada, Chile, Costa Rica, and Ecuador (approximately 400 from each country) was obtained between September 2010 and February 2011. Data collection was conducted in shopping malls or major commercial areas using a questionnaire containing 33 questions. Descriptive estimates are presented for the total sample and stratified by country and sociodemographic characteristics of the studied population. RESULTS: Almost 90% of participants associated excess intake of salt with the occurrence of adverse health conditions, more than 60% indicated they were trying to reduce their current intake of salt, and more than 30% believed reducing dietary salt to be of high importance. Only 26% of participants claimed to know the existence of a recommended maximum value of salt or sodium intake and 47% of them stated they knew the content of salt in food items. More than 80% of participants said that they would like food labeling to indicate high, medium, and low levels of salt or sodium and would like to see a clear warning label on packages of foods high in salt. CONCLUSIONS: Additional effort is required to increase consumers' knowledge about the existence of a maximum limit for intake and to improve their capacity to accurately monitor and reduce their personal salt consumption.Abstract in Spanish:
OBJETIVO: Estimar la relación costo-utilidad de una intervención dirigida a reducir el consumo de sal en la dieta de personas mayores de 35 años en Argentina. MÉTODOS: La intervención consistió en reducir entre 5% y 25% el contenido de sal en los alimentos. Se utilizó el modelo de simulación del impacto de las políticas sobre la enfermedad coronaria para predecir la evolución de la incidencia, la prevalencia, la mortalidad y los costos en la población de la enfermedad coronaria y cerebrovascular en personas de 35 a 84 años. Se modeló el efecto y los costos de una disminución de 3 g de sal en la dieta, mediante su reducción en alimentos procesados y en la añadida por los consumidores, por un período de 10 años. Se estimó el cambio en la ocurrencia de eventos en este período y la ganancia en años de vida ajustados por la calidad (AVAC) en un escenario de efecto alto y otro de efecto bajo. RESULTADOS: La intervención generó un ahorro neto de US$ 3 765 millones y una ganancia de 656 657 AVAC en el escenario de efecto alto y de US$ 2 080 millones y 401 659 AVAC en el escenario de efecto bajo. Se obtendrían reducciones en la incidencia de enfermedad coronaria (24,1%), infarto agudo de miocardio (21,6%) y accidente cerebrovascular (20,5%), y en la mortalidad por enfermedad coronaria (19,9%) y por todas las causas (6,4%). Se observaron beneficios para todos los grupos de edad y sexo. CONCLUSIONES: La implementación de esta estrategia de reducción del consumo de sal produciría un efecto sanitario muy positivo, tanto en AVAC ganados como en recursos económicos ahorrados.Abstract in English:
OBJECTIVE: Estimate the cost-utility ratio of an intervention to reduce dietary salt intake in people over the age of 35 in Argentina. METHODS: The intervention consisted of reducing salt content in food by 5% to 25%. A simulation model was used to measure the impact of policies on heart disease in order to predict incidence, prevalence, mortality, and cost trends for heart and cerebrovascular disease in the population aged 35 - 84. The intervention modeled the impact and costs of a 3-gram reduction in dietary salt intake by reducing the amount of salt in processed food and salt added to food by the participants themselves over a 10-year period. Changes in event occurrence during this period and gains in quality-adjusted life years (QALY) were estimated in high- and low-impact scenarios. RESULTS: The intervention generated a net savings of US$ 3 765 million and a gain of 656 657 QALYs in the high-impact scenario and a savings of US$ 2 080 million and 401 659 QALY in the low-impact scenario. The result would be reductions in the incidence of heart disease (24.1%), acute myocardial infarction (21.6%), and stroke (20.5%), as well as in mortality from heart disease (19.9%) and all causes (6.4%). Benefits were observed for all age groups and both genders. CONCLUSIONS: Implementing this strategy to reduce salt intake would produce a very positive health impact, both in QALY gains and savings in economic resources.Abstract in Spanish:
El alto contenido de sal en la dieta es una causa principal de incremento de la presión arterial, el principal factor de riesgo de muerte a escala mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado que el consumo de sal sea inferior a 5 g/d, una meta que solo logran una pequeña proporción de personas. La falta de yodo puede causar deficiencia cognoscitiva y motora y, si es grave, hipotiroidismo, con grave retraso mental y del crecimiento. Más de dos mil millones de personas en todo el mundo presentan riesgo de carencia de yodo. La prevención de la carencia de yodo mediante el empleo de sal yodada constituye una importante conquista de salud pública a escala mundial. Los programas cuyo objeto es reducir el contenido de sal en la dieta son técnicamente compatibles con los programas de prevención de la carencia de yodo mediante el enriquecimiento de la sal. Sin embargo, para que las poblaciones se puedan beneficiar plenamente de una ingesta óptima de sal y yodo, es preciso integrar ambos tipos de programa. Este estudio resume las bases científicas de los programas de reducción de sal y enriquecimiento con yodo, la compatibilidad de esos programas, y las medidas que deben adoptar la OMS, los gobiernos nacionales y las organizaciones no gubernamentales para garantizar que las poblaciones se beneficien plenamente de una ingesta óptima de sal y yodo. En concreto, es preciso reunir a grupos de expertos para ayudar a los países a aplicar programas integrados y llevar a cabo estudios de casos en contextos específicos de programas integrados eficaces; es preciso recopilar y difundir las enseñanzas extraídas. La integración de los programas de vigilancia los hará más eficaces y mejorará las iniciativas actuales para optimizar la ingesta de yodo y sal. Para que las poblaciones puedan beneficiarse plenamente, es preciso que los gobiernos asignen una alta prioridad a la integración de estos dos importantes tipos de programas de salud pública.Abstract in English:
High dietary salt is a major cause of increased blood pressure, the leading risk for death worldwide. The World Health Organization (WHO) has recommended that salt intake be less than 5 g/day, a goal that only a small proportion of people achieve. Iodine deficiency can cause cognitive and motor impairment and, if severe, hypothyroidism with serious mental and growth retardation. More than 2 billion people worldwide are at risk of iodine deficiency. Preventing iodine deficiency by using salt fortified with iodine is a major global public health success. Programs to reduce dietary salt are technically compatible with programs to prevent iodine deficiency through salt fortification. However, for populations to fully benefit from optimum intake of salt and iodine, the programs must be integrated. This review summarizes the scientific basis for salt reduction and iodine fortification programs, the compatibility of the programs, and the steps that need to be taken by the WHO, national governments, and nongovernmental organizations to ensure that populations fully benefit from optimal intake of salt and iodine. Specifically, expert groups must be convened to help countries implement integrated programs and context-specific case studies of successfully integrated programs; lessons learned need to be compiled and disseminated. Integrated surveillance programs will be more efficient and will enhance current efforts to optimize intake of iodine and salt. For populations to fully benefit, governments need to place a high priority on integrating these two important public health programs.Abstract in Portuguese:
A construção de estratégias para a redução do teor de sódio em alimentos processados faz parte de um conjunto de iniciativas para diminuir o consumo desse nutriente no Brasil - dos atuais 12 g de sal por pessoa ao dia para menos de 5 g por pessoa por dia (2 000 mg de sódio) até 2020. Nesse processo, uma ação central é a pactuação, entre o governo e a indústria de alimentos, de metas de redução voluntária, gradual e sustentável dos teores máximos de sódio nos alimentos industrializados. Este artigo apresenta a experiência brasileira na construção e implementação de estratégias para a redução dos limites máximos de sódio nos alimentos processados e os atores sociais envolvidos.Abstract in English:
The construction of strategies for reducing the sodium content of processed foods is part of a set of actions to decrease the intake of this nutrient in Brazil-from the current 12 g of salt per person per day to less than 5 g per person per day (2 000 mg sodium) by 2020. In this process, a central action is the pact between the government and the food industry to establish voluntary, gradual, and sustainable targets to reduce the maximum sodium content of industrial foods. This article describes the Brazilian experience in building and implementing strategies for the reduction of these maximum limits in processed foods and the social actors involved in this effort.Abstract in Spanish:
Hay datos probatorios irrefutables de que la ingesta de sal alimentaria es la principal causa de hipertensión y de que una reducción del consumo de sal, del nivel actual de aproximadamente 9 a 12 g/d en la mayor parte de los países al nivel recomendado de menos de 5 g/d, disminuye la presión arterial. Una reducción adicional hasta 3 a 4 g/d tiene un mayor efecto y es necesario seguir teniendo en cuenta la posibilidad de metas de consumo de sal inferiores en la población. Los estudios de cohortes y los ensayos clínicos han demostrado que el menor consumo de sal se asocia con una reducción del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La reducción de sal es una de las medidas más rentables para mejorar la salud pública a escala mundial. En la Región de las Américas, hay una alta prevalencia de un consumo de sal superior a 9 g/d. Las fuentes de sal en el régimen alimentario varían enormemente en los diferentes países; en los países desarrollados, 75% de la sal procede de los alimentos procesados, mientras que en los países en desarrollo, como algunas zonas del Brasil, 70% de la sal se añade durante la cocción o en la mesa. Para reducir el consumo poblacional de sal en los países desarrollados, la industria alimentaria debe aplicar una reducción gradual y sostenida de la cantidad de sal añadida a los alimentos. En los países en desarrollo, las campañas de salud pública desempeñan un papel más importante al alentar a los consumidores a consumir menos sal, junto a un reemplazo generalizado de la sal por sustitutos con bajo contenido en sodio y alto contenido en potasio. Numerosos países de la Región de las Américas han iniciado programas de reducción de la sal. El reto actualmente consiste en involucrar a otros países. Una reducción del consumo de sal en la población dará lugar a una mejora importante de la salud pública además de una notable reducción de los costos relacionados con la salud.Abstract in English:
There is compelling evidence that dietary salt intake is the major cause of raised blood pressure (BP) and that a reduction in salt intake from the current level of ≈ 9 - 12 g/day in most countries to the recommended level of < 5 g/day lowers BP. A further reduction to 3 - 4 g/day has a greater effect and there needs to be ongoing consideration of lower targets for population salt intake. Cohort studies and outcome trials have demonstrated that a lower salt intake is related to a reduced risk of cardiovascular disease. Salt reduction is one of the most cost-effective measures to improve public health worldwide. In the Americas, a salt intake of > 9 g/day is highly prevalent. Sources of salt in the diet vary hugely among countries; in developed countries, 75% of salt comes from processed foods, whereas in developing countries such as parts of Brazil, 70% comes from salt added during cooking or at the table. To reduce population salt intake, the food industry needs to implement a gradual and sustained reduction in the amount of salt added to foods in developed countries. In developing countries, a public health campaign plays a more important role in encouraging consumers to use less salt coupled with widespread replacement of salt with substitutes that are low in sodium and high in potassium. Numerous countries in the Americas have started salt reduction programs. The challenge now is to engage other countries. A reduction in population salt intake will result in a major improvement in public health along with major health-related cost savings.Abstract in Spanish:
El adulto medio de los Estados Unidos consume una cantidad de sodio muy por encima del límite diario recomendado. La ingesta promedio de sodio es aproximadamente de 3 463 mg/día, en contraste con la recomendación de las Directrices alimentarias del 2010 para estadounidenses que es de menos de 2 300 mg/día. A las personas de 51 años o mayores, los afroestadounidenses, los hipertensos, los diabéticos o los que padecen una nefropatía crónica, se les recomienda una reducción adicional hasta 1 500 mg/día. En los Estados Unidos, el problema de la ingesta excesiva de sodio está relacionado con el suministro en los alimentos. La mayor parte del sodio consumido proviene de los alimentos envasados, procesados y que se sirven en restaurantes y, por consiguiente, ya está en el producto en el momento de la compra. Este artículo describe las políticas y los programas de reducción del sodio en los Estados Unidos a escalas federal, estatal y local; las iniciativas para vigilar la repercusión de la reducción del sodio en la salud; los procedimientos para evaluar los conocimientos, las actitudes y el comportamiento de los consumidores; y cómo estas actividades dependen de las iniciativas a escala mundial para reducir la ingesta de sodio y les proporcionan información. La reducción de la ingesta excesiva de sodio constituye una oportunidad de salud pública que puede salvar vidas y ahorrar dinero destinado a la atención de salud en Estados Unidos y a escala mundial. Las iniciativas futuras, entre ellas el intercambio de información sobre los éxitos logrados y los obstáculos encontrados en los Estados Unidos y a escala mundial, pueden acelerar y estimular el progreso.Abstract in English:
The average adult in the United States of America consumes well above the recommended daily limit of sodium. Average sodium intake is about 3 463 mg/day, as compared to the 2010 dietary guidelines for Americans recommendation of < 2 300 mg/day. A further reduction to 1 500 mg/day is advised for people 51 years or older; African Americans; and people with high blood pressure, diabetes, or chronic kidney disease. In the United States of America, the problem of excess sodium intake is related to the food supply. Most sodium consumed comes from packaged, processed, and restaurant foods and therefore is in the product at the time of purchase. This paper describes sodium reduction policies and programs in the United States at the federal, state, and local levels; efforts to monitor the health impact of sodium reduction; ways to assess consumer knowledge, attitudes, and behavior; and how these activities depend on and inform global efforts to reduce sodium intake. Reducing excess sodium intake is a public health opportunity that can save lives and health care dollars in the United States and globally. Future efforts, including sharing successes achieved and barriers identified in the United States and globally, may quicken and enhance progress.Abstract in Spanish:
OBJETIVO: Analizar la utilidad de la medición de la excreción urinaria de sodio a partir de la recolección puntual o cronometrada de muestras de orina para calcular la ingesta de sodio alimentario en la población, en relación con la prueba de referencia que mide la excreción de sodio en orina de 24 horas. MÉTODOS: Se realizó una búsqueda de bibliografía electrónica en MEDLINE (desde 1950) y EMBASE (desde 1980), así como en la Biblioteca Cochrane, empleando los términos "sodium", "salt" y "urine" (sodio, sal y orina). Se examinaron las publicaciones completas de los estudios que incluían 30 o más sujetos humanos sanos en los que se hubiera determinado la excreción de sodio mediante la recolección de orina de 24 horas o un método alternativo (recolección puntual, de toda la noche, cronometrada). RESULTADOS: La revisión incluyó a 1 380 130 participantes de 20 estudios. El principal método estadístico adoptado para comparar las recolecciones de orina de 24 horas con los métodos alternativos fue el uso de un coeficiente de correlación (r). Las muestras de orina recolectadas de forma puntual, cronometrada y de toda la noche estaban sujetas a mayor variabilidad intra e interindividual que las recolecciones de orina de 24 horas. Se obtuvo una amplia gama de coeficientes de correlación entre las determinaciones de sodio en orina de 24 horas y mediante los otros métodos. Algunos valores fueron elevados, lo que indica su utilidad (r de hasta 0,94), mientras que otros fueron bajos (r por debajo de 0,17), lo que indica su falta de utilidad. La mejor alternativa a la obtención de orina de 24 horas (de toda la noche, cronometrada, o puntual) no resultó evidente, ni tampoco la base biológica de la variabilidad entre el método de 24 horas y los alternativos. CONCLUSIONES: Hay mucho interés en remplazar la determinación de sodio en orina de 24 horas por otros métodos más fáciles de evaluación del sodio alimentario. Sin embargo, sigue habiendo incertidumbre sobre la fiabilidad de los métodos alternativos. Es preciso ampliar la investigación, incluido el uso de un diseño de estudio y pruebas estadísticas apropiados, para determinar la utilidad de los métodos alternativos.Abstract in English:
OBJECTIVE: To examine the usefulness of urine sodium (Na) excretion in spot or timed urine samples to estimate population dietary Na intake relative to the gold standard of 24-hour (h) urinary Na. METHODS: An electronic literature search was conducted of MEDLINE (from 1950) and EMBASE (from 1980) as well as the Cochrane Library using the terms "sodium," "salt," and "urine." Full publications of studies that examined 30 or more healthy human subjects with both urinary Na excretion in 24-h urine and one alternative method (spot, overnight, timed) were examined. RESULTS: The review included 1 380 130 participants in 20 studies. The main statistical method for comparing 24-h urine collections with alternative methods was the use of a correlation coefficient. Spot, timed, and overnight urine samples were subject to greater intra-individual and interindividual variability than 24-h urine collections. There was a wide range of correlation coefficients between 24-h urine Na and other methods. Some values were high, suggesting usefulness (up to r = 0.94), while some were low (down to r = 0.17), suggesting a lack of usefulness. The best alternative to collecting 24-h urine (overnight, timed, or spot) was not clear, nor was the biological basis for the variability between 24-h and alternative methods. CONCLUSIONS: There is great interest in replacing 24-h urine Na with easier methods to assess dietary Na. However, whether alternative methods are reliable remains uncertain. More research, including the use of an appropriate study design and statistical testing, is required to determine the usefulness of alternative methods.Abstract in Spanish:
En el presente artículo se describen los avances logrados en Costa Rica -así como los desafíos y limitaciones- en la reducción del consumo de sal. El establecimiento del Plan Nacional para la Reducción del Consumo de Sal/sodio en la Población de Costa Rica 2011 - 2021 se complementó con programas y proyectos multisectoriales específicos dirigidos a: 1) conocer la ingesta de sodio y el contenido de sal o sodio en los alimentos de mayor consumo; identificar los conocimientos, actitudes y comportamientos del consumidor respecto a la sal/sodio, su relación con la salud y el etiquetado nutricio-nal; evaluar la relación costo-efectividad de las medidas dirigidas a reducir la prevalencia de hipertensión arterial; 2) implementar estrategias para disminuir el contenido de sal/sodio en los alimentos procesados y los preparados en casa; 3) promover cambios de conducta en la población para reducir el consumo de sal en la alimentación; y 4) monitorear y evaluar las acciones dirigidas a reducir el consumo de sal o sodio en la población. Para alcanzar las metas propuestas se debe lograr una exitosa coordinación interinstitucional con los actores estratégicos, negociar compromisos con la industria alimentaria y los servicios de alimentación, y mejorar la regulación de los nutrientes críticos asociados con las enfermedades crónicas no transmisibles, en los alimentos. Se espera que a partir de los avances logrados durante la ejecución del Plan Nacional, Costa Rica logre alcanzar la meta internacional de reducción del consumo de sal.Abstract in English:
This article describes the progress-as well as the challenges and limitations-in reducing salt intake in Costa Rica. The National Plan to Reduce Public Consumption of Salt/Sodium in Costa Rica 2011 - 2021 was complemented with multisectoral programs and projects specifically designed to: 1) determine sodium intake and the salt/sodium content of the most widely consumed foods; identify the consumer knowledge, attitudes, and behaviors with regard to salt/sodium, their relationship to health, and nutritional labeling; evaluate the cost-effectiveness of measures aimed at reducing the incidence of hypertension; 2) implement strategies to reduce the salt/sodium content of processed foods and foods prepared at home; 3) promote behavioral changes in the population to reduce salt in people's diets; and 4) monitor and evaluate action geared to reducing salt/sodium intake in the population. Meeting the proposed targets will require successful interinstitutional coordination among the strategic actors, the negotiation of commitments with the food industry and food services, and tighter regulation of critical nutrients in foods associated with chronic noncommunicable diseases. Given the progress made during the implementation of the National Plan, Costa Rica is expected to meet the international goal of reducing salt intake.